Dueto formado por dos de los músicos más reputados y solicitados de la escena de rock, blues y funk estatal. Han tocado en bandas como Aurora y Betrayers, Lisa y Lips, Anaut, Martha Reeves y Vandellas, SwampDog…
Después de tantos kilómetros y noches de rock and roll han decidido realizar su propio proyecto bebiendo de influencias como Led Zeppelin, Black Keys, White Stripes… pero dándole un enfoque actual y mirando al presente y futuro en la estela artistas como Queens of the Stone Age o Royal Blood.
Una puesta en escena única con un batería cantante; una suerte de mutación bastarda a medio camino entre Boham y Plant, junto con el eslabón perdido entre el Groove abrumador con bajos moog sintetizados de Stevie Wonder y las guitarras whammy punzantes de Hendrix. Y todo esto vestidos por un salto al vacío sin retorno.
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Surgidos al amparo de la fría y lluviosa Ría de Vigo, en Galicia, The Soul Jacket han sido definidos como la mejor banda de rock del sur en España. Más allá de esta etiqueta, es cierto que después de más de 10 años de carrera, 4 álbumes y 2 E.P.’s, y un directo explosivo como ninguno, se han ganado todos los posibles calificativos. Y sólo puede constatarse que hoy en día todavía no han tocado techo.
“Plastic Jail” es el nuevo álbum de la banda gallega, grabado en varias sesiones durante los meses de abril a julio de 2018 en los estudios Radar de la ciudad de Vigo. Con esta nueva grabación en la vieja usanza, The Soul Jacket consigue la plena madurez, pero sorprendentemente lo hace reinventando de forma revolucionaria esta fórmula inimitable de rhythm’n’blues, rock’n’roll y southern soul con la que ya sorprendieron crítica y público en su aclamado debut de 2011.
En esta ‘prisión de plástico’ se respira un ambiente cargado y sudado, con un sonido compacto, directo y acorde con un tiempo presente frenético e incierto, y con guiños a bandas como Big Star, John Lennon o los primeros Heartbreakers, a la vez que en estos medios tiempos arrebatadores a los que nos tienen acostumbrados resuenan ecos de The Kinks y por supuesto The Beatles. Una vuelta a la esencia más pura y al mismo tiempo un paso de gigantes.